Give love a try...one more time

Capitulo 2, ...and broken hearts


Narra Nick.


Soy Nicholas Jonas, tengo 16 años, y aunque no lo crean, solo he tenido un único amor, pero cometí el más grande error, y ahora ese “único amor”, es una ilusión. Todo fue por mi culpa, eso creo yo. Tuve que decidir entre mis dos grandes amores... la música y... mi princesita..., ahí fue donde cometí el “error”, aunque no estoy seguro si fue un error del todo.
No saben cuanto he sufrido desde la última vez que vi a mi princesita de cristal. Muy cobarde yo, la dejé sin ninguna explicación, si tan solo le hubiera dicho la verdad, la excusa de un viaje sin fecha de regreso no suena muy convincente. Se que debí haberle dicho la verdad, pero tuve miedo, quizás no me trataría igual.
A eso le tenía miedo, no es fácil saber que tu novio es un reconocido cantante y de un momento a otro tiene que irse de gira por todo un año. Creo que por eso no le dije nada, en todo caso se le hubiera dicho al principio, ahora es muy tarde.
No ha habido una noche que no piense en ella; cada vez que canto me acuerdo de ella... ¿Habrá hecho lo que le dije? ¿Se habrá conseguido a otro? Por más que insistí en que me olvidara, ella me prometió que no lo haría.
Daría lo que fuera por verla... desde hace un año ese ha sido mi único deseo, me pregunto si alguna estrella fugaz me ha escuchado...
Lo que más me asusta es no volver a verla, ella vive —o quizás vivía— en Nueva York, espero que siga ahí porque falta muy poco para volver a verla, para volver a enamorarme de ella.
No se cómo reaccionará, si tendrá un nuevo novio, o quizás más amigos; lo que sí espero que no haya cambiado es su contagiosa alegría y su dulce y tierna forma de ser, eso es lo que me enamoró de ella. Recuerdo que le encantaba la naturaleza y juntos íbamos a un lago con mucho pasto alrededor y hacíamos un pequeño picnic…
—¿Quieres un sandwich? — le ofrecí
—Claro mi príncipe— ^^
—¡Sale un sándwich super especial para la princesa mas bella de todas!—
—¡Que rico! — sonrió y luego me miró con una mirada pícara
—Pero… ¿Sabes que me gustaría más? —
—No se— dije incrédulo
—¿Qué?—Andrea puso los ojos en blanco, como si mi respuesta no hubiera sido la que ella esperaba, luego me jaló para besarnos y recién entendí a que se refería. Ella me quería mucho. Así era ella, Andrea, mi princesita, mi motivo de vida, mi ilusión.